domingo, 24 de enero de 2010

Bueno, a ver. Mi ausencia se debe a que ya no tengo qué escribir. No me llegan buenas ideas. Pienso, solamente pienso. Pero estoy como desconectada. Hago las cosas y ya, sin emociones.
Tenía tantas ganas de volver y ahora que estoy acá, me da todo igual.
Necesito ver gente, relacionarme, tomar aire fresco, salir un poco, pero no puedo. Necesito un cigarrillo también.
Además de eso, tengo miedo. Últimamente, los cambios me asustan y mucho. No tengo ganas de sufrir de nuevo, pero tal vez no lo pueda evitar. A veces (siempre) soy tan dramática, drástica.
Y al mismo tiempo, creo, tengo 17 años, tengo que vivir, reirme, ser feliz. Dejar mis traumas, esas cosas que están escondidas por algún lado y gritar, mostrar quién soy y los sentimientos que en realidad tengo. Hay algo que no me deja. Yo. Me convertí en mi propio obstáculo.
Me siento sola, eso pasa. Puedo estar rodeada de gente, pero no estoy bien.
¿Habrá vuelto esa sensación de vacío de hace un tiempo atrás? No quiero, de verdad que no.

1 comentario:

César Aire dijo...

Humilde y modestamente, considero que esas sensaciones que describís no se van a fugar de vos. Irán cambiando de forma, mutando, haciéndose cada vez más metafísicas, menos corpóreas y más dúctiles y elásticas para dejarse plasmar.
Y si se van... ahí sí empezá a asustarte.
Otro saludito.