domingo, 31 de mayo de 2009

Si no fuera por... - Soda Stereo ♥

Podrías acercarte
Un poco más
Podrías delirarte
Un poco más
Podrías desnudarte
Un poco más
Podrías arriesgarte
Alguna vez
Podrías disociarte
Alguna vez
Podrías excitarte
Alguna vez

Podrías divertirte
Podrías sumergirte
Podrías intentarlo
Podrías entenderlo
Si no fuera por...

Podrías conquistarme
Podrías transtornarme
Podrías provocarme
Si lo quisieras
Podrías motivarme
Podrías invadirme
Podrías vulnerarme
Si lo quisieras

Podrías divertirte
Podrías sumergirte
Podrías intentarlo
Podrías entenderlo
Si no fuera por...

De vez en cuando viene bien
De vez en cuando viene bien

Podrías divertirte
De vez en cuando
Podrías sumergirte
De vez en cuando
Podrías intentarlo
De vez en cuando
Podrías entenderlo
De vez en cuando
Podrías divertirte
De vez en cuando
Podrías sumergirte
De vez en cuando
Podrías intentarlo
De vez en cuando
Podrías entenderlo
Si no fuera por...

jueves, 28 de mayo de 2009

martes, 26 de mayo de 2009

H E L P !

Cada día que pasa voy descubriendo más gente falsa a mi alrededor. Que dice ser algo que no es, que finge ser tu amigo porque sí, porque le conviene. Yo pienso, ¿no sería más fácil no hablar?

Ya se me cayeron tantas personas. Me sigo preguntando por qué hacen esas cosas, cuál es el fin. Detesto a esas personas que te dicen te quiero y cuando te das vuelta empiezan a hablar mal de vos, a esas que se creen el centro del universo, a esas que cambian a cada rato de parecer, a esas que se hacen las buenas, te abrazan y después te enteras que dijeron cualquier cosa sobre vos, esa gente que no dice lo que tiene que decirte en la cara. La verdad es que me dan asco. Por eso intento no hablarles. Y con lo que hoy me di cuenta, voy sacando más gente de mi lista de personas en las que puedo confiar, la cuento con los dedos de las manos. Y no sólo asco, sino que también me dan lástima. BASTA. ¿Por qué gente que no es mi amiga se quiere meter en mis cosas, qué les importa, si al fin y al cabo yo nunca necesité nada de ellas y no lo voy a necesitar?

Otra cosa que simplemente no puedo comprender por qué todos siempre tratan de sobresalir o ciertas personas se creen mejores que otras. Todos somos diferentes y cada uno de nosotros vale lo mismo, ¿por qué alguien querría parecerse a otro? ¿Cuál vendría a ser la gracia? Me parece que se están equivocando feo. Me parece que lo que a ustedes les pasa es que se les subió el ego a la cabeza.

La verdad es que recién acabo de volver de alejarme de todo, y ya necesito gritar. Necesito sacar todo lo que tengo en el pecho. Me causa mucha impotencia esto. Gente de mierda. Tengo ganas de llorar, pero no voy a desperdiciar ni una lágrima más en personas que no valen la pena.

Por mí que digan lo que quieran. Si quieren hablar mal de mí, hablen, yo estoy bastante tranquila. Tampoco me hago la santa, para nada, reconozco que a veces también soy falsa, pero no de esa manera. A mí la verdad que lo que puedan hablar los demás me chupa todo un huevo, pero yo llego a escuchar que hablan mal de alguien que de verdad quiero y se van todos al carajo.

Como diría Calamaro…

Alta suciedad, basura de la alta suciedad, no se puede confiar en nadie más ♪



Este texto es para VOS. Para mi amor imposible, para la persona más importante en mi vida, para mi hermana del alma. Esa que me banca todos los días de mi vida. Cuando estoy de buen humor, cuando estoy de mal humor, cuando estoy autista, cuando me pongo pesada, cuando estoy histérica (todo el tiempo), cuando estoy triste. Esa que siempre me saca una sonrisa, siempre sigue mis boludeces, siempre se rie de las cosas que le hablo o hago, que siempre me ayuda aunque no tenga ganas. Esa que tiene la palabra justa en todas las ocaciones, y por más que no sea lo que quiera escuchar me lo dice, porque sabe que así me hace un bien, porque lo hace.
Hoy le puedo decir que daría cualquier cosa por ella, aunque nos enojemos, nos peleemos, nos mandemos a la mierda, para mí sos ÚNICA y tu lugar es IRREMPLAZABLE.

NADA NI NADIE
, lee bien eh, NADA NI NADIE, va a poder cambiar lo que somos. ¿Y qué somos? Somos como un sola persona, que con una mirada ya nos entedemos, nos decimos todo, que siempre pensamos lo mismo, o hacemos los mismos chistes. Mucha gente pensará que eso es aburrido, pero para mí no lo es. Eso fue lo que te convirtió en mi compañera, cómplice,mejor amiga, mi reemplazo de novio que no tengo, mi hermana por sobre todas las cosas.
Porque sin vos no puedo vivir. Nada sería lo mismo.

TE AMO JULIETA NARVAY CON MI ALMA ♥




VOS sos a quien más amo en el mundo hoy. Siempre.

P.D.: No tengo más que palabras de agradecimiento por este fin de semana precioso que pasé con vos. Sin duda uno de los mejores. ¡Esas charlas nuestras! Dios mío.

jueves, 21 de mayo de 2009


"Amo en tí lo visible. Y lo invisible."

José Narosky ♥

miércoles, 20 de mayo de 2009

martes, 19 de mayo de 2009

"Tal vez engaña saber..."

Y una vez más me siento defraudada. Me engañó. De nuevo. Con la misma. Bueno, sí, pensaran que soy una tonta, que cómo no lo dejé a la primera vez. La verdad es que me costó demasiado, pero ya es la tercera y ésta sí que no se la pienso perdonar. Creo que a esta altura, y eso que recién empiezo, estarán diciendo ah, no, esto tiene que ser un chiste. Pero no, créanme que no lo es: tres veces o quién sabe si más.


Les voy a contar lo que pasó desde el principio.


Conocí a Ramiro en la fiesta de fin de año del año pasado, en lo de una amiga. Yo ya estaba ahí cuando de repente tocaron el timbre y mi amiga me mandó a atender. Abrí la puerta y fue en un segundo, en un intercambio de miradas, que me di cuenta que después de esa noche, con ese invitado no podíamos ser solamente conocidos. No tengo la más mínima idea de qué habrá sentido él al verme, pero yo me quedé estupefacta. Me lo quedé mirando hasta que en su perfecta boca se dibujó la sonrisa más bella que Dios podía haber creado y con una voz totalmente irresistible me dijo:


-¿Puedo pasar?


Esa pregunta me trajo de nuevo a la realidad, me corrí un poco y finalmente entró a la casa. Mientras caminaba hasta el sillón, arreglé un poco mi pelo, el vestido que llevaba puesto y me miré el maquillaje en el espejo que hay por sobre el mueble del living. Claro que sin perder de vista su caminar. No, yo tampoco sé cómo hice todo eso al mismo tiempo.


Romina, la dueña de la casa, mi amiga, se estaba cambiando arriba, en su habitación.


Aunque no soy de las personas más agradables que existen, le ofrecí algo de tomar. Él aceptó. Di media vuelta, me dirigí hasta la cocina y volví al living con tres copas y una botella de vino tinto. ¿La tercer copa? Había que disimular un poco y la había llevado con la excusa de que era para cuando bajara mi amiga. Bien, la situación era bastante incómoda: dos extraños sentados uno frente al otro, tomando vino y recorriendo con los ojos toda la habitación, ya que nadie se animaba a hablar. Él tomó la iniciativa y me preguntó:


-¿Y vos de dónde conocés a Romi?


-De la facultad, estudiamos juntas. ¿Vos?


-La conocí hace como dos años en la costa y desde ahí que somos muy amigos.


-Nunca me habló sobre vos.


-En cambio a mí sí me habló de vos y no se equivocó en nada.


-¿Por qué lo decís?


-Me dijo que eras muy linda y dulce. Y, a decir verdad, por más cosas que también dijo estaba ansioso por conocerte.


Ni siquiera dije gracias, solté una risita tonta y me puse muy colorada. Hice fondo blanco con mi copa y casi me ahogo, pero por suerte no pasé tal vergüenza.


Al fin, Romina ya estaba bajando por las escaleras. Largó uno de esos comentarios bastantes desubicados que suele hacer ella.


-Veo que ya se estaban poniendo cómodos.


Ramiro se rió bastante y yo me reía mientras la miraba con cara de asesina serial. Cuando terminó de saludarlo le pedí que POR FAVOR me acompañara a la cocina, que le quería mostrar una cosita. Mentira, quería averiguar qué le había estado diciendo al pobre chico. Había dos posibilidades: a) le dijo que por favor hiciera algo por mí esa noche, debido a que estaba completamente desesperada, ya hacía tres años que no salía con hombres y tenía miedo de que la empezara a mirar a ella, o b) le habló maravillas sobre mí e incluso le inventó varias cosas, como que en mi tiempo libre era detective secreta y parecía la caricatura esa de Roger Rabbit. Pero no, solamente me había descripto así como era, y él se había visto bastante interesado, según lo que Romina me había contado. Además de que tus amigas siempre te tiran esas frases esperanzadoras, “está buscando una relación seria”, “no paró de nombrarte cada vez que podía”, “se nota que le re gustas” o “el que no arriesga, no gana”. Confieso que yo también lo he hecho muchas veces.


Ahora se preguntarán cómo soy yo. Seguramente su subconsciente estuvo creando cierta imagen mientras iban leyendo. Y los hombres pensaron que era una especie de Luciana Salazar, y las mujeres que era una piba normal. Bien, bórrenla.

Soy Amelia, tengo 20 años, mido 1,60, demasiado petisa para mi edad, lo sé. No soy ni flaca ni gorda. No tengo una buena delantera y no tengo las piernas como Dolores Barreiro, pero no me quejo. Aunque, para serles sinceros, tengo cierto problema con mis caderas, pienso que no están para nada proporcionadas con el resto de mi cuerpo. Tengo pelo corto castaño, un gran flequillo para el costado, ojos marrones y tez blanca. Uso ropa normal y me fascinan los vestidos de los 60.

Ramiro, un chico de 21 años, mide más o menos 1,85. Tiene un lindo cuerpo, con algunos músculos, pero sin exagerar. Tiene unos rulos perfectamente formados, ojos azules a los que nadie podría resistirse y una tez normal, ni morena ni tan blanca como la mía. Se viste demasiado normal para mi gusto.


En fin, no sigamos perdiendo el tiempo en eso, y vamos a lo nuestro.


Volvimos al living, y empezaron a llegar más invitados. Conocía a algunos y a otros no. Llegada la mitad de la noche, me dispuse a conocer a este misterioso, y no tanto, hombre. No sabía cómo iba a comenzar a hablarle. Entonces, decidí esperar al momento en el que estuviera solo, chocármelo “por accidente” y hablarle como si nos conociéramos hace tiempo. Pues, así sucedió.


Una cosa llevó a la otra, varias copas de alcohol más, no sé cómo estaba en su auto. Eran las 4 A.M. y me estaba alcanzando hasta mi casa. No debería haber hecho eso, porque ambos estábamos muy ebrios, pero era mi oportunidad. Ese momento pareció más una película yankee que algo que yo estuviese realmente viviendo. Paró el coche en frente del edificio donde vivo y me dijo:


-La pasé muy bien con vos en la fiesta.


-Sí, yo también.


-No quiero volver a verte – disparó él.


Mi cara de decepción cambió de un momento a otro. Hasta que volvió a la carga y lanzó una frase matadora:


-NECESITO volver a verte.


¿Ahora viene la parte del beso? No, supusieron muy mal. Yo me hago rogar un poco más che. Con las últimas fuerzas que me quedaban saqué una lapicera de mi cartera, le anoté mi número de celular en la mano, le di un beso en la mejilla, de esos que dejan deseando un poco más, y me bajé del auto. Caminé lentamente hasta la puerta. Victoriosa, moviendo mis curvas de un lado a otro.


Al otro día, me levanté con la resaca de mi vida, pero feliz. Abrí todas las ventanas y puse Pescado Rabioso, sin importar mis vecinos. Miré el reloj, tenía que irme a lo de mi mamá, en realidad volar porque era tardísimo, como de costumbre.


Mientras caminaba vi que un auto me estaba siguiendo. Empecé a caminar más rápido. Cuando intenté cruzar a otra vereda, éste se me puso en frente. Quien estuviese adentro bajó la ventanilla y ahí vi ese rostro armonioso nuevamente, me dijo subí que te llevo. ¿Qué mina dentro de sus cabales podía decir que no? Entonces me subí, sorpresivamente accedió a llevarme a donde tenía que ir y me advirtió que a las cinco en punto me venía a buscar porque me quería conocer más. Por dentro pensé, me va a llevar a un telo. Espero que por lo menos sea decente.


Pero no, me llevó a una plaza muy linda, cerca de Palermo. Sacó un mantel y ambos nos tiramos. Después de hablar bastante, nos quedamos callados. No tuvo mejor idea que decir la típica “que lindo día” (detesto que hagan eso), le contesté “los prefiero nublados”. Se sentó, sonrió, me miró acostada y me partió la boca. Gracias a Dios.


Salimos muchas veces más y nos pusimos de novios. Los dos primeros meses era pura felicidad, como pasa con todos. Un poco más de tiempo después, empezaron las discusiones. Él era muy celoso y yo no me quedaba atrás. Y más siendo que él era un chico demasiado atractivo. O por lo menos yo lo veía así. Aunque yo también tenía un par de pretendientes, siempre hay que tener algún as bajo la manga.


A pesar de que seguimos con la relación y arreglamos nuestros problemas, yo le tenía cierta desconfianza. Por eso, un domingo, que él se había quedado a dormir, se me ocurrió agarrar su celular. ¿Para qué? 200 mensajes, y no les miento. 200 mensajes de una tal Lorena. Se imaginan qué pasó, lo desperté a los gritos, lo eché de mi departamento semidesnudo, le revoleé la ropa y el celular. Casi se le rompe, pero desgraciadamente no sucedió así.


Estuvimos un mes separados. Un mes en el cual yo no paré de llorar. Un mes que no me dejó de llamar pidiéndome disculpas y diciéndome que había sido todo un mal entendido, con el pretexto de “son de un amigo”. ¿Me había visto cara de estúpida? ¿Cómo pensó que me iba a tragar ese cuento? Pero yo lo amaba tanto, que lo perdoné, con la condición de que si me lo hacía de nuevo, no sólo no iba a tener otra oportunidad sino que también juré quemarle toda su casa, con él incluido y el auto también. Solamente sacaría a su perro Hércules.


Ya habíamos cumplido un año y medio más, cuando me pidió que nos fuésemos a vivir juntos. Yo no estaba muy segura de dar ese paso. Por un lado no quería vender mi hogar y por el otro, si me había metido los cuernos una vez, quién me garantizaba que no lo había vuelto a hacer o que no lo iba a hacer en un futuro. Entonces respondí que lo iba a pensar.

Llevé a cabo la misma estratagema que la última vez. Con una diferencia, ya le había preparado la ropita en una bolsa al lado de la puerta. Y lo bien que había hecho, porque ésta vez no encontré 200 mensajes, sino 300 de tantan tantan ♫ ¡LORENA!

Que me engañara era una cosa, ahora con la misma no lo pedía permitir. Una vez más, lo levanté a los gritos y agarré la escoba, empecé a pegarle todo lo que tuviera a mi alcance. Aunque tuve que soportar varios “¡loca!” y pavadas como “es una falta de respeto que me revises mis cosas, bla bla bla”, terminé yo la discusión gritándole “aaaah porque no es una falta de respeto que me conviertas en la cornuda del barrio” y le cerré la puerta en la cara. Me parece que le golpeé la nariz. Si fue así, me felicito a mí misma.


Otro mes separados. Pero ahora yo ya no lloraba de tristeza, sino de bronca, de que me tratara de estúpida. Y él otro mes llamando sin cesar y dejándome mensajes, hasta algunas amenazas. A veces me seguía pero en cuanto lo veía, aceleraba y se iba.

La semana pasada le di otra oportunidad, pero le dije:


-La tercera es la vencida y me podes amenazar todo lo que quieras, que no voy a volver con vos si me lo haces de nuevo. Te levanto una denuncia y ya.


Ramiro aceptó con una cara de angelito que me hizo pensar que no lo iba a volver a hacer.


¿Y qué creen que pasó? Lo hizo de nuevo, pero esta vez se fue al carajo.


Estábamos probando una semana de convivencia. El jueves a la noche, volví más temprano de lo habitual, había comprado para hacer una comida rica, para estar con él, a ver si reanimábamos el fuego. Pero él ya lo había hecho solito. Bah, con la famosa Lorena. En mi cama.


Ojalá que nunca les pase eso. Es horrible la sensación de entrar a tu propia habitación y ver a quien se suponía que era el amor de tu vida, cogiéndose a otra. A Lorena, tu archi enemiga de la infancia, o a quien fuese, era otro cuerpo. Es como si todo a tu alrededor se desvaneciera, como si solamente vieras eso y te querés despertar y no podes, porque no es sueño. Te preguntás qué te hizo querer a ese hijo de puta y decirle te amo alguna vez en tu vida.


Fue como si de un segundo a otro me hubiese vuelto autista. No escuché explicaciones, no dije ni grité nada, solamente saqué sus cosas y tenía la mirada perdida.

Cuando logré sacar a esos dos seres despreciables, me senté al borde de la cama y empecé a llorar.


Eso pasó hace cuatro horas.


Las sábanas en donde estuvieron las quemé en la terraza, cuando no había nadie.


Tengo cinco mensajes de Ramiro, y mañana cuando me levante voy a ir a la comisaría.




Y todavía tengo la mirada perdida. Y todavía estoy llorando.

lunes, 18 de mayo de 2009

Letra chica - Babasonicos

Adórame tapiza mi destino con diamantes
Meréceme actuando que deseas ser mi amante
Concédeme hasta la más absurda fantasía
Compláceme y firma sin mirar la letra chica

De ahora en más no reproches lo que haga
Y acostúmbrate a aceptar mi condición
Prisionero de tu indecisión
Tu desidia me tuvo alquilado
Un pequeño error al margen para actuar en él

Adórame y ponle luz a todos mis caprichos
Meréceme devora mi deseo de a poquito
Concédeme que todo lo que diga sea en chiste
Compláceme ríe como si fuéramos felices

Lo habitual es que lo haga y deshaga
Pues a eso te tendré acostumbrada
Prisionero de tu indecisión
Tu desidia me tuvo alquilado
Un trabajo resistente de mago amateur

En un pasado fuiste todo para mi
vivía pendientes de tus desacatos
ahora te trato con desdén
y tendrás que comprender que las cosas han cambiado

Adórame talla mi perfil en esmeralda
Meréceme soporta mi desliz sobre tu espalda
Concédeme un tiempo para sentirme ausente
Compláceme no soy igual al resto de la gente

jueves, 14 de mayo de 2009

miércoles, 13 de mayo de 2009

¿Qué haces cuando sentís que no podés más? ¿Qué hacés cuando sentís que el problema acá sos vos?¿Qué hacés cuando sentís que te ahogás? ¿Qué hacés cuando necesitás gritar muy fuerte mientras pasa un tren como si estuvieras completamente desquiciada?
Por más esfuerzos y buena onda que le pongas a las cosas nadie te reconoce nada. Nadie te valora como debería. Nadie ve las cosas que hacés día a día para que se sientan bien los de tu alrededor. Todos dicen ser las personas más dulces, pero si te sale algo mal o no le gusta la respuesta, no te la perdonan. Todo el mundo siempre pide más y no les alcanza absolutamente nada. Todos se echan la culpa unos a otros, en vez de ver también sus errores. Todos te tratan bien y después te clavan un puñal por la espalda.

Me empiezo a cansar de todo y de todos. Empiezo a no creerle a nadie y a no tener fe en las personas, ya todos son malos. Empiezo cada vez más a encerrarme en mí misma porque me duele. El pecho me duele. Y no porque alguien me haya hecho algo en concreto, sino porque estoy HARTA. Harta de que nadie me valore, de tener que culparme por las cosas que salen mal y que los demás me juzguen por lo que hago o dejo de hacer, de que la que como es buena la toman de pelotuda, así que vamos a aprovecharnos y a pedirle cosas, total las va a hacer. Harta de tener que poner buena cara todo el tiempo, cuando en realidad me siento para la mierda.
Y hoy un abrazo no me basta. Hoy a mí tampoco me alcanza nada de lo que los demás puedan hacer.
Ya está, YA FUE, como me dijo alguien, pensando que así solucionaba un "problemita" que tuvimos o tenemos, no lo sé, porque no me habla, porque ya fue.

No doy más, y ¿qué pasaría si un día me levantara cruzada y largara todo al carajo? Entonces ahí se darían cuenta que ya no estoy y se lamentarían. La gente se da cuenta de lo que tiene recién cuando lo pierde, dicen ¿no? ¿Y si de repente me dan ganas a mí de perderme para ver cómo reaccionan? Puede ser que me quieran más.

Por mí, se pueden ir todos bien a la concha de la lora.

Y perdón si alguien lee esto y se ofende, no se sienta agredido, mañana se me va a pasar y voy a decir ¿cómo escribí todas esas cosas, si sólo con estar viva me alcanza?, pero es que creo que estoy sufriendo demasiada presión de todos lados y necesito descargarme de alguna manera.

viernes, 8 de mayo de 2009

sábado, 2 de mayo de 2009

De otro mundo...

Imaginen una chica con un corte de pelo como el de George Harrison (guitarra solista de The Beatles) que lleva puesta una remera de la banana pop de Andy Warhol, unos pantalones muy chupines terminando con unas zapatillitas que le sacó a su abuela, tal vez con un bolso hecho con parches marrones de cuero, más o menos de los años 50.


Ella va caminando sola, rápido y con auriculares, generalmente mirando para abajo o para el costado, y si encuentra alguna hoja seca siempre la pisa. Pero nunca se va a atrever a pisar las alcantarillas, aunque la vereda esté llena de gente. Puede ser que se le escape alguna sonrisa, ya sea por una canción, por su propia imaginación, porque está hablando consigo misma o porque se acordó de algo que le pasó. Agarra todo volante que le den por la calle, pobres, es su trabajo. Suele entrar a muchos negocios de ropa, sobre todo a esos a los que sólo entran determinadas personas, a ferias americanas o a rockerias, y mira de todo. Es demasiado indecisa, pero generalmente compra por lo menos una cosa. Le gusta que la atiendan bien, sino se va del local. Se queda como boba mirando guitarras y tatuajes, pero claro nunca se animó a ninguna de las dos cosas. Si no está apurada entra a toda librería que ve, y va a esas mesas repletas de libros que están de oferta a ver si encuentra algo bueno, y para eso se necesita mucho tiempo, porque seguramente termine inspeccionando todo el negocio.


La miran como si no fuera de acá, y suelen reírse de cómo ella va, pero no le interesa, así es feliz.


De hecho, no le interesa ESTE mundo. Este mundo que para ser linda, tenés que vestirte como otros dicen, tenés que estar espléndida todos los días, no tenés que tener un kilo de más, tenés que ser femenina, tenés que tener el pelo largo y lacio, no tenés que tener ni siquiera un grano. Que para estar a la moda tenés que ser igual a todos, tenés que ir a lugares “con onda”, tenés que comportarte y si lo que tenés ganas de hacer queda mal, ¡NO!, no lo hagas, tenés que mirar a las otras personas rebajándolas, cuando en realidad el que te rebajás haciendo eso sos vos, tenés que vestirte de marca, tenés que escuchar la música que se usa y no la que te gusta. Que para caerle bien a los demás tenés que poner siempre buena cara, hablar mucho y hacerlos reír, sino sos un antisocial, no importa si no tenés ganas, no importa si tuviste un día de mierda. Que para ser divertido tenés que vivir siempre en la joda, ser un irresponsable, no pensar en los demás, burlarte de las otras personas y no vayas a hacer una tarea de más o leer por gusto porque “no da”.


A ella le interesa su propio mundo donde comparte los mejores momentos con sus amigos, llenos de risas, salidas y amor. En el que lee, escribe, mira películas a toda hora, usa ropa rara y nadie le dice nada. En el que todos valen lo mismo. En el que a veces se asfixia, pero después se da cuenta de todo lo que tiene y se siente realmente afortunada por poder disponer y disfrutar de esas cosas.


A lo que en realidad quería llegar desde un principio es a lo siguiente, las 2 o 3 personas que leen lo que pongo acá, y con total honestidad, me pondrían contestar: ¿qué pensarían si se cruzaran a esa chica por la calle?