
Cómo me gusta ir a Capital. Es algo que de verdad disfruto. Y eso que odio los colectivos y me hace bastante mal viajar en ellos, pero con mis amigos todo es una buena experiencia.
En fin, no sé qué tiene que me encanta. Es como otro mundo.
Partamos de que amo el subte. Me hace muy feliz. Sentir ese aire en la cara y la sensación de ir tan rápido, me fascina. Puedo ir todo el viaje sonriendo. Y al salir de ese maravilloso lugar, encotrarme con todo eso, ya conocido, pero tan nuevo.
Es raro lo que me pasa cuando veo la Plaza de Mayo. Me agarran ganas de salir corriendo y ver cómo vuelan las palomas espantadas. No porque les quiera hacer mal, pero me gusta cuando todas se elevan en un gran grupo.
También me encanta caminar por Florida. Lo mejor es entrar a las librerías y revisar todo.
Seguir por ahí y chocarte con el Obelisco, ¡qué hermoso! Quedarte un rato ahí sentado, mientras pasan los autos y la gente.
La Avenida 9 de Julio es algo colosal. No puedo tener tantas ganas de cruzarla miles de veces.
Y Palermo es muy lindo también, aunque si no me equivoco está más lejos de todo eso.
Igualmente, la parte que más me gusta es San Telmo. Esas casitas, las callecitas tan angostas, los bares, museos y lugares históricos, ventas de cosas antiguas, los libros, las valijas, las paredes dibujadas.
Aunque Puerto Madero ya no me gusta tanto, me da miedo el agua. No me puedo subir ni a los barcos esos que podés ingresar ni al puente de la Mujer. Me quedo dura.
Yo sé que me faltan muchos lugares por recorrer, pero esa parte, que está todo bastante cerca, la adoro. Espero volver pronto.