Profundos Pensamientos en el sillón del dentista.

-Ajaa, nos volvemos a encontrar Torno (con voz de personaje de Bonanza).

-Tengo muchas ganas de morder al dentista, la puta madre.

-Tengo ganas de otras cosas.

-Echaron a dos preceptores en menos de una semana, oh mi Dios.

-Este tipo me está metiendo una secadora, ¿Qué carajo es esto?

-¿Habrá algo para mirar en la tele?

-Uh, mañana tengo inglés y tarea de catequesis.

-¿Qué comeremos?

-Tengo que dejar de comer.

-Tengo que hacer que mi blog reviva.

-Hace mucho que no miro películas.

-Quiero ir a ver a Boom Boom Kid el domingo.

-Me encanta el libro de Rolón. Ahora sé por qué quiero ser psicóloga. Tengo que empezar a marcarlo.

-Personal, ¿Me conviene?

-Soy una idiota, sí.

-¿Quién es esta mina que está acá sentada escribiendo cosas insignificantes (que bien podría hacer el médico)?

-Yo también la hubiese envocado a Melisa hoy.

-No sé si escribir las cosas de mi cuaderno, me voy a arrepentir.

-Cada vez que lo extrañes, pensá que se está cogiendo a otra. Se está cogiendo a otra. Y no sos vos. Coge y vos no.

-La gente me deja; la gente me está dejando.

-Mierda.

-Tengo mucho sueño. Si me duermo, ¿se dará cuenta?

-Y es tan tan tan veloz el motor.

-El dentista me hace acordar al profesor de sociología. Tiene los mismos ojos y habla parecido. Me quiero reír. No puedo. SACAME EL ALGODÓN.

-Me las voy a operar así dejo de usar corpiño.

-Tendrían que inventar un corpiño interno.

-Cosas que pasan.

-Eso que me estás haciendo molesta.

-¿Por qué no podré dejar la lengua quieta? Me voy a terminar babeando toda.

-Menos mal que la semana que viene ya es la última muela.

-Mi buzo de egresados es el más lindo.

-Uh, ¿ya termina? Bien ahiiii.

-Con el flequillo así, ¿pensará que soy una lela, que intento marcar tendencia o que estoy un poquito safada?

-No, no le voy a preguntar, Lado B de mi mente.

-Siento la pasta. Pasta. Pasta. Es como pasto pero con a, y como basta pero con p. Qué palabra más rara.

-Me voy, viste como es esto.

-Lo dejo a tu criterio.

HOY NOS VAMOS DE JODA.

Y tengo que irme unas diez veces al día a mi lugar tranquilo para no mandarte a LA CONCHA DE LA LORA.

I'm sorry.
I will never be perfect for you.

(Para entender el dibujo, leer la última parte de la entrada anterior.)

¿Y qué se le va a hacer? Habrá que seguir caminando con los zapatos gastados y el corazón un poco más roto. El mundo está girando y yo tengo que hacerlo junto a él. Nadie te va a esperar, nadie te va a sacar, nadie te va a decir algo para que te sientas mejor, porque no sirve, porque en este momento no podés sentirte mejor. Y no es que nada me afecte, es que tengo la capacidad de esconder demasiado bien lo que siento en realidad y de refugiarme en mi habitación cuando quiero llorar.
La vida es siempre volver a empezar y así va a ser hasta que se termine. Supongo, que de alguna manera u otra, hay que acostumbrarse.
Al final, me doy cuenta por qué nunca me involucro demasiado, después terminamos así. Mal. Soñando un 'cómo habría sido...', para despertar y darnos cuenta de que es mentira y duele. Mucho duele. Pero, en cierta forma, me la veía venir, no tan rápido; no creo en el amor eterno, y tampoco creo mucho en el amor. Por lo menos no dentro de mi vida.
Necesito mucha gente alrededor mío, cigarrillos y noches desveladas; necesito conocer lugares nuevos, personas nuevas, escuchar risas y felicidad. Necesito todo eso que me falta y que siempre faltó acá.
Mi alma, mi mente, mi corazón remendado y yo, vamos a sentarnos a ver cómo pasa la tormenta y a descubrir la razón por la cual nos visitó.

Mente: -¿Cómo estás?
Solci: -Y la verdad que estoy bastante para el orto. Me tienen todos las pelotas bien llenas. Si entendieran que no tengo la culpa de todos los males del mundo, entonces estaría un poco más calmada.


Simpaticona (ricota).

"La mejor gente está LOCA"

La verdad que ya aprendí a esperar que se escriba sola la canción...

¿Qué ves cuando me ves?

Cuando la mentira es la verdad.

Mamá: -Sol, ¿pusiste a cargar el aparato ese, ahora que tu papá no está usando el enchufe?
Solci: (sonrisita de "yo no fui") -Uy, no.

Solci se levanta del sillón y sale de escena.
Vuelve a entrar.

Mamá: -A veces parece que vivís en otro planeta.
Solci: (gritando) -¿Yo? Sí, en el mío.

Y les puedo asegurar que realmente es como el país de Alicia.

-Porque una imagen vale más que mil palabras-