lunes, 27 de febrero de 2012
Juegos de Azar - Escritos
Tengo cosas lindas. Tengo cosas feas. Cosas tengo. Algunas las ofrezco, otras no las vendo. Es cuestión de lógica. De actitud, dicen.
No tengo un piano, Fito, tengo una guitarra rota, pero la música es la reina madre y ya no se hable más.
No toques mis cosas. Guarda que muerdo. Duelo fuerte, ¿existe?
Cuando leo a Cortázar me vuelve el alma al cuerpo o el cuerpo al alma, depende lo que vaya primero. Siempre dudando. Pero el cuerpo se percude. La mente también, supongo. Freudiana hasta la muerte, arriba el inconciente. El corazón tapado, bien tranquilo.
Si hoy te dije que no, mañana te digo que sí; me gustás, ¿entendés? Te quiero confundir. Y así me manejo, y así pierdo. Así sí. Así no. Alicia sos una maravilla.
Tacho y tacho, te tacho a vos, me tacho a mí, tacho el pasado, tacho recuerdos, memorias al tacho. Tacho palabras, tacho frases, remarco mis libros y escribo las páginas. Y en la vida, ¿quién escribe las mías? ¿No estaré tan ocupada borrando que no hago novelas, Érica?
Hay algo que se llama dignidad.
Tengo cosas raras, tengo esa cosa, tengo un beso tuyo dentro de mi boca/hoja. Papel sagrado.
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